En la primera lectura, del autor Gino Longo, se nos presenta la siguiente pregunta ¿Qué es la ciencia? El autor deja claro la finalidad de la misma; la ciencia no debe limitarse a describir la realidad sino que debe dar un paso más y explicarla. Añade, a su vez, que toda ciencia y toda explicación de la realidad debe partir de sí misma, sin añadir elementos ajenos o externos. Debe, dice el autor, “reconstruir idealmente, en el pensamiento, el esquema de desarrollo de la realidad, un esquema en el que cualquier objeto aislado halle su lugar y su explicación”. Claramente, Longo viene a decir que todo es explicable y sobre todo, que todo tiene su razón, su lógica y su por qué.
En segundo lugar, estoy de acuerdo con la idea que proyecta Longo según la cual el conocimiento no puede ser un fin, sino que éste es la acción. Acción que debe nacer de ese conocimiento previo que actúa como camino, como vehículo y no como objetivo. Efectivamente es así. Y es más, gran parte del conocimiento, por no decir su totalidad, pierde su utilidad si no encuentra una acción que lo desarrolle. Para un servidor se convierte en vital la lógica del Saber para Hacer, Conocer para Cambiar, Aprender para Actuar. Las primeras partes de estas premisas carecen de sentido funcional si no se llevan a cabo las segundas. Ahora bien, aquí llegamos a un punto del texto que es preciso criticar. El autor diferencia, separa y limita las funciones del hombre de ciencia y el hombre de acción, como si su unión fuese imposible. ¿Acaso el que enseña no es un hombre de ciencia y acción?
Un último punto a analizar sería la colectividad del pensamiento y la praxis. Longo deja claro que para que esta última tenga éxito es necesaria una acción colectiva. Así es. LA praxis colectiva es más efectiva, más eficiente y más beneficiosa para el ser humano. De hecho se podría decir que la praxis colectiva es uno de nuestros pilares como seres sociales que somos. Por otra parte, el autor no ve de igual forma el pensamiento. Bien es cierto que biológicamente el pensamiento “es y no puede ser más que individual”, pero también sucede que ese pensamiento individual nace, en muchas ocasiones, del resultado de otros pensamientos de otras personas que rodean al individuo en cuestión. ¿Esa interconexión de ideas, razonamientos y conclusiones no tienen cierto carácter colectivo? Para Longo no es así; no es un acto tan grupal como para denominarlo un acto colectivo. No lo comparto. Creo que el conocimiento individual es de hecho imposible si no se realiza ese acto colectivo de aprendizaje, de mezcla de pensamientos externos. Es cierto que la conclusión final que forja el conocimiento individual la hace uno mismo interiormente, pero todo lo anterior, todo ese proceso de aprendizaje, no puede no ser un acto colectivo. Y lo son, precisamente por lo que dice el propio autor, porque son fenómenos sociales.
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